Un grupo de exploradores encuentra una balandra que se hundió hace 213 años en aguas del lago Ontario (EE.UU. y Canadá) en un magnífico estado de conservación.
Una balandra –una embarcación pequeña de vela con un solo palo y cubierta superior– del siglo XVIII prácticamente intacta fue hallada en el fondo del lago Ontario gracias a un sonar de barrido lateral, informa el portal Shipwreck World. El hallazgo se debe a tres miembros de un club de exploradores y amigos jubilados Jim Kennard, Roger Pawlowski y Roland Stevens.
El de la balandra Washington, que mide 53 pies, está considerado como el naufragio de un buque comercial más antiguo de la historia de los Grandes Lagos. El buque, cargado de mercancías, viajaba de Kingston a Nágara y se hundió durante una tormenta el 6 de noviembre de 1803. Las cinco personas que viajaban a bordo de la nave, dos tripulantes y tres pasajeros, murieron.
Los historiadores estiman que en los Grandes Lagos se produjeron alrededor de 6.000 naufragios y los restos de unos 200 buques todavía se hallan en el fondo de sus oscuras y frías aguas. Los bajos niveles de oxígeno que se registran en ellas permiten conservar la madera de los barcos casi intacta.
Youtube / shipwreckworld
Una balandra –una embarcación pequeña de vela con un solo palo y cubierta superior– del siglo XVIII prácticamente intacta fue hallada en el fondo del lago Ontario gracias a un sonar de barrido lateral, informa el portal Shipwreck World. El hallazgo se debe a tres miembros de un club de exploradores y amigos jubilados Jim Kennard, Roger Pawlowski y Roland Stevens.
El de la balandra Washington, que mide 53 pies, está considerado como el naufragio de un buque comercial más antiguo de la historia de los Grandes Lagos. El buque, cargado de mercancías, viajaba de Kingston a Nágara y se hundió durante una tormenta el 6 de noviembre de 1803. Las cinco personas que viajaban a bordo de la nave, dos tripulantes y tres pasajeros, murieron.
Los historiadores estiman que en los Grandes Lagos se produjeron alrededor de 6.000 naufragios y los restos de unos 200 buques todavía se hallan en el fondo de sus oscuras y frías aguas. Los bajos niveles de oxígeno que se registran en ellas permiten conservar la madera de los barcos casi intacta.
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