El nuevo propietario de una casa, intrigado por una alacena que se abría sola, captó con una cámara el presunto fantasma de una niña que habría muerto asesinada en la residencia.
Algunos objetos que se guardaban allí no sólo desaparecían, sino que la puerta de vidrio se abría de par en par, pese a que el dueño de
casa la cerraba antes de irse a dormir.
Decidido a corroborar la historia del fantasma, el dueño de casa, dispuso una cámara de video frente a la alacena, para captar la ocurrencia de cualquier hecho sobrenatural y registró la escalofriante imagen de la silueta de una niña que, acerca su cara y apoya sus manos en la puerta de vidrio.
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