Benedicto XVI dejará de ser Papa dentro de exactamente 17 días, el próximo día 28 de este mismo mes, por "falta de fuerzas". El anuncio lo ha realizado esta mañana en persona el propio Pontífice, en latín, durante un consistorio en el Vaticano para la canonización de unos mártires.Joseph Ratzinger, de 85 años, tiene toda una retahíla de achaques: en 1991 sufrió un ictus y con anterioridad ya padeció complicaciones cardiovasculares. Además, tiene problemas de hipertensión y, de hecho, muchos consideran que fue ésa la causa del posible desmayo que sufrió en 2009 durante unas vacaciones en las montañas del Valle de Aosta y que hizo que se rompiera la muñeca derecha. De hecho, Ratzinger sigue una dieta rigurosa y los médicos le han prohibido poner el pie por encima de los 2.000 metros de altitud. Es por ello por lo que los dos últimos años ha renunciado a pasar los veranos en la montaña para quedarse en Castel Gandolfo.Además de los problemas de corazón, apenas ve por el ojo derecho, sufre un 50% de artrosis en la cadera derecha, padece hipertensión, se cansa cada vez más... Desde hace tiempo camina con bastón y utiliza una plataforma con ruedas empujada por empleados del Vaticano para desplazarse por la Basílica de San Pedro. En los últimos meses, siempre por motivos de salud, ha disminuido sus compromisos públicos, sus viajes y las audiencias."Cuando un Papa alcanza la clara conciencia de que ya no es física, mental y espiritualmente capaz de llevar a cabo su encargo, entonces tiene en algunas circunstancias el derecho, y hasta el deber, de dimitir", aseguró el propio Benedicto XVI en 2010 al periodista alemán Peter Seewald en la larga entrevista publicada en forma de libro bajo el título 'La Luz del Mundo'. Y ese día ya ha llegado.
Desde el momento de la salida de Benedicto XVI, la elección del nuevo pontífice dura alrededor de 20 días. El nuevo Santo Padre debe ser votado por al menos dos tercios de los cardenales bajo un total hermetismo
Cuando el 28 de febrero Benedicto XVI deje su cargo, la Iglesia Católica ingresará en el período de "Seda Vacante", hasta tanto se elija un nuevo Pontífice.
Según establece la tradición, los electores se reunirán en el denominado cónclave, que es la reunión que celebra el Colegio cardenalicio de la Iglesia Católica Romana para elegir a un nuevo Obispo de Roma, cargo que lleva aparejados el de Papa y el de Jefe del Estado Vaticano.
El lugar de la elección es la Capilla Sixtina, donde los cardenales electores se reúnen en condiciones de reclusión y máximo aislamiento del mundo exterior, para evitar intromisiones de cualquier tipo.
Mientras dura el cónclave, los electores residen en la recién construida Casa de Santa Marta, una residencia construida en el propio Vaticano, pero manteniendo la rigurosa prohibición de cualquier clase de contacto con el mundo exterior.
El proceso establece que los cardenales tienen expresamente prohibido presentar su candidatura o hacer propaganda a su favor. Sí se permite buscar el apoyo de terceros.
La forma de elección es a través del escrutinio, desde que Juan Pablo II abolió la posibilidad de hacerlo a través de la aclamación o el compromiso.
Pese a que en un primer momento se requería la mayoría simple de votos, en 1996 Juan Pablo II restauró la mayoría de dos tercios, pero no la prohibición del auto-voto.
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis –nombre que recibe el documento de sus primeras palabras en la versión latina establece también que pasadas 34 o 33 votaciones fallidas (según se haya realizado la primera votación el día de la inauguración del cónclave o el siguiente), los electores podrán decidir, por mayoría absoluta, si cambian las normas electorales, pero siempre conservando como requisito el de exigirse al menos la mayoría absoluta en la elección.
Pese a que en los primeros años los Papas eran elegidos por clérigos, miembros de las comunidades y laicos, desde 1139 quedó como competencia exclusiva de los cardenales.
También con el transcurrir del tiempo hubo modificaciones en las condiciones que debían cumplir los cardenales para poder votar. En 1970, Pablo VI reservó la condición de elector a los menores de 80 años, y fijó un máximo de 120.
En 2003, el por entonces Papa Juan Pablo II creó 31 nuevos cardenales, y elevó el número de electores teóricos a 135. Tras los últimos nombramientos efectuados en 2010,se estima que habría unos 121 prelados que cumplen las condiciones para ser electores.
http://www.infobae.com/notas/695878-Cual-es-el-proceso-para-elegir-al-sucesor.html
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