La Capela dos Ossos fue construida en el siglo XVI por un monje franciscano quien, bajo el espíritu de la Contrarreforma de la región, quería llevar a sus hermanos hacia la contemplación y transmitir un mensaje sobre el carácter efímero y transitorio de la vida. Esto está claramente expresado en la inscripción que se puede leer en su entrada: Nós ossos que aqui estamos pelos vossos esperamos (“Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos”).
La capilla tiene 18,7 metros de largo por 11 de ancho. La luz que entra lo hace a través de tres pequeñas aberturas situadas en el lado izquierdo de la misma. Sus paredes y sus ocho columnas están “decoradas” de largos huesos y cráneos cuidadosamente ordenados y sujetos mediante cemento. El techo está hecho de ladrillo blanco decorado con diferentes motivos mórbidos.
Se calcula que el número aproximado de esqueletos necesarios para realizar semejante obra es de unos 5000, provenientes de los cementerios de las iglesias situadas en los alrededores. Algunos de los cráneos tienen dibujados grafitis sobre ellos. Además, dos cadáveres disecados, uno de ellos perteneciente a un niño, permanecen colgados de unas cadenas.
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