A principios del siglo pasado, una abuela vivía junto a su nieta en una humilde casa en La Coruña. La vida transcurrió tranquila hasta la muerte del marido de la señora mayor. A partir de ese momento ambas mujeres comenzaron a ser víctimas de agresiones que eran provocadas por una fuerza invisible. En el poblado se decía que la casa estaba poseída y se realizaban oficios religiosos para que la fuerza demoníaca deje el lugar.
Un sacerdote acudió a la casa de los sucesos luego que la anciana mujer le suplicara que lo hiciera pero este abandonó el lugar al poco llegar al ver los extraños sucesos que ocurrían. La abuela y su nieta quedaron a merced de esa extraña fuerza.
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